2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nuevo criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Muchos dicen ser creyentes, pero no están viviendo como creyentes. Son personas engañadas que se creen salvos pero no lo son. El creyente verdadero se conoce por sus frutos (Mateo 7:16). Una persona que de verdad es cristiano, es una persona que ha sido renacida y Dios ha hecho una obra sobrenatural en su vida.
Esta persona tiene un corazón nuevo, un corazón cambiado y no solo se arrepiente y cree, sino que también sus afectos cambian; porque cuando esa persona conoce a Cristo aborrece el pecado.
Para tener la certeza de que de verdad somos salvos y que estamos en Cristo, debemos examinar nuestra vida, nuestro estilo de vida. Y eso se hace al examinarnos a la luz de las escrituras. 1 Juan 3:24 dice: “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él”.
Algunas personas cuando se congregan hablan como creyentes, pero cuando están con sus amigos a solas, ellos no viven como creyentes y no hay ningún deseo en su corazón para seguir a Cristo de verdad. No debemos olvidarnos de lo que Cristo dijo en Mateo 7:16 “por sus frutos los conoceréis”.
No por medio de lo que sale de la boca, no por medio de su confesión; Porque muchos van a acercarse al Señor en aquel día del juicio y dirán: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces el Señor les dirá: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:22-23).
Mateo 7:13 nos invita a: “entrar por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta, espacioso el camino que lleva a la perdición”. Una persona que de verdad ha creído en Cristo para la salvación, no va a caminar en este camino espacioso, sino que va a caminar en un camino bien marcado por la voluntad de Dios. ¿Y tú, estás en Cristo?