1 Pedro 1:7 “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
Nuestra fe, es sometida a través del sufrimiento y las pruebas a fin de perfeccionarnos. Pedro usa la analogía del proceso que lleva el oro. Para que se aumente el valor del oro es necesario someterlo a un proceso de refinamiento, a altas temperaturas, con el objetivo de que aquellas impurezas sean desechadas y quemadas, y lo único que quede sea el oro.
Dios, de la misma manera, a través de las pruebas y los sufrimientos pule nuestra fe. A veces creemos ser maduros y que hasta estamos muy firmes en el Señor; Pero cuando viene la prueba te das cuenta que sigues siendo impaciente, arrogante, con odio en tu corazón, que no dependes totalmente de Dios. Entonces, Dios empieza a perfeccionarte, a hacerte una persona paciente, porque a través de ese sufrimiento esta perfeccionando tu fe. Santiago 1:3 nos lo dice: “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.
No debes reaccionar con temor, con tristeza, o con duda cuando estas siendo probado, pues la Palabra de Dios nos dice que es necesario pasar por pruebas. Dios tiene el control de tu vida. Recuerda que los propósitos de Dios para tu vida son de bienestar (Jeremías 29:11). Recuerda que Marcos 13:13 nos dice: “Más el que persevere hasta el fin, este será salvo”.