Josué 1:5 “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”.
Si tú eres hijo de Dios y has nacido de nuevo, la presencia de Dios ya mora en tu vida a través del Espíritu Santo. Pero eso no implica que cada día en tu vida, disfrutes de la presencia de Dios y te deleites en su presencia, es necesario que cada día busques de la presencia de Dios.
La presencia de Dios estuvo con Josué porque el confío en la dirección de Dios, él le creyó a Dios cuando le dijo “estaré contigo” (Josué 1:5). Si quieres que la presencia de Dios este en tu vida, debes confiar en su dirección, no escuchar las voces de este mundo, escucha y confía en la Palabra de Dios, (Jeremías 17:7).
Josué también confío en la Palabra de Dios, él le dijo tres veces “esfuérzate y se valiente” (Josué 1:6-9). Para que la presencia de Dios este en tu vida es necesario invertir tiempo en su Palabra, debes separar un tiempo para meditar en la Biblia. Meditar es una concentración enfocada, Salmos 119:15-16 dice: “En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos. Me regocijare en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras”. Para que tú llegues a la conclusión de que no te olvidarás de sus palabras, es porque antes pasaste mucho tiempo en su Palabra.
Josué confío en el tiempo de Dios, él no tuvo incredulidad y no fue impaciente. La paciencia es una virtud y la impaciencia manifiesta soberbia y orgullo, nos lleva a no ser guiados por la presencia de Dios. Pero tú debes esperar en el Señor y en su tiempo para que él pueda manifestarse en tu vida de una forma poderosa (Salmos 27:14).
Para que la presencia de Dios este en tu vida, debes confiar en la dirección de Dios, en su Palabra y en su tiempo.