Mateo 7:13-14 “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.
Toda persona que no cree en Cristo está transitando por este camino que lleva a la perdición. El Señor en este versículo se está refiriendo a un grupo particular de personas, a aquellas que tenían cierto interés en las cosas espirituales; Es por eso que en los versos siguientes el Señor les advierte del engaño de sus propios corazones diciéndoles: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrara en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).
El Señor está hablando a aquellas personas que estaban envueltas en ciertas actividades dentro de la iglesia; Estos hombres y mujeres dice que sacaban demonios, hacían milagros, predicaban en el nombre de Cristo, son personas religiosas que dicen conocer a Cristo y tener una conexión estrecha con él, pero no están dispuestas a pagar el precio de ser verdaderos cristianos.
Estas personas no se someten a la voluntad de Cristo, sino que establecen sus propias reglas de conducta. Dicen ser cristianos, pero viven como les place. Por esta puerta puedes entrar con muchas de tus pertenencias, “con tus méritos personales”, “con todas tus buenas obras” y presentarlas como tu tiket de entrada. La puerta de entrada del cristianismo falso es tan amplia que puedes entrar con tu orgullo totalmente inflado. Los que entran por esa puerta ancha llevan consigo al mundo y su estilo de vida, sus metas, sus deleites, su forma de pensar.
Todos algún día compareceremos ante el tribunal de Dios para dar cuentas; Pero, ¿Por cuál de las dos puertas has entrado tú? ¿Por la del cristianismo fácil y popular? O ¿Por la puerta estrecha que te llevara a la vida?
“Entrad por la puerta estrecha, porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida”.