Juan 15:4 “Permaneced en mí y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mi”
La clave de la vida cristiana no es producir frutos, la clave de la vida cristiana es permanecer en Jesús; porque si permaneces en Jesús vas a producir frutos.
Nuestra responsabilidad como creyentes, para producir frutos, es permanecer en Cristo. Es terrible no darnos cuenta del tiempo que ocupamos haciendo tantas cosas, menos la más importante: “Permanecer en Jesús”.
Si queremos producir un fruto abundante en nuestras vidas, debemos permanecer en Jesús, pues “separados de él, nada podemos hacer”.
Pero, ¿qué significa permanecer en Jesús?
Es depositar en él nuestra fe cada día, de tal manera que mantengamos la dependencia que la rama tiene en la vid. Es mantenerte en comunión con él, depender de él, cada momento, cada día.
No es lo que hacemos por unos minutos, en nuestro tiempo devocional, o cuando leemos la biblia y hacemos una oración, ¡NO! Se trata de mantenernos constantemente en comunión con Jesús y depender de él en TODO momento.
Es imposible ver formarse el carácter de Cristo en nosotros, si estamos separados de él. En Gálatas 5:22 el fruto del Espíritu es el carácter de Jesús. En la medida que permanecemos en Jesús, él se manifestara en nosotros en: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza.
Si tratamos de hacer algo con nuestras propias fuerzas, vamos a fracasar, porque “separados de Jesús, NADA podemos hacer”.