Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Levántate y resplandece

Juan 5:1-18 “Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda”.

Dios quiere que estemos alertas, y que no permitamos la “flojera espiritual”, el Señor actúa en aquellos cuyos espíritus se mantienen alerta y expectantes a lo que él pueda hacer a través de ellos.

El Señor Jesús siempre nos está llamando a levantarnos, Efesios 5:14 nos dice: “Levántate tú que duermes y te alumbrará Cristo”.

En el versículo de Juan 5:1-18, el Señor se había percatado que este hombre en el fondo se había acomodado tanto a su condición y a su enfermedad que ya había encontrado gusto en ella, probablemente este hombre podía despertar en la gente a su alrededor lástima y así todos le ayudarían o, por lo menos, se compadecerían de él, para darle una limosna. Hoy día, en la iglesia de Cristo ocurre lo mismo, hay gente que se ha habituado tanto a su “parálisis espiritual” que en ella encontraron un gusto tal que no les deja levantarse y seguir corriendo la carrera.

El Señor Jesucristo al hacerle esta pregunta al paralítico de Bethesda prácticamente hace que este se vea confrontado entre su mente y su voluntad; y comprendió que ese era su momento, que tenía que salir de su condición espiritual primeramente para ser libre, porque aún no se había dado cuenta que era prisionero de una condición física que también había afectado su parte espiritual.

Más adelante en el relato, el Señor Jesús le encuentra en el templo (Juan 5:14) y le hace una advertencia y le dice: “Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor”. Muchas veces lo que hacemos en lo espiritual repercute en lo físico; el Señor Jesús sabía qué había en la mente y en el espíritu de este hombre que había estado paralítico, y le advierte que cuide su sanidad. Cuida tu sanidad, aléjate del pecado, no peques más, no sea que te venga una cosa peor o que lo que haces en lo oculto afecte espiritualmente a toda una generación que viene detrás de ti.