1 Corintios 6:13 “Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo”.
Los corintios estaban usando este versículo para justificar sus conductas. El razonamiento de ellos era que cuando ellos tenían hambre, lo que ellos debían hacer era comer; de la misma manera cuando tenían deseos sexuales, lo que tenían que hacer era satisfacerlos, no importaba cómo, ni con quien”. Los corintios decían que la forma en que ellos llenaran su necesidad era completamente indiferente.
Los griegos no solían darle mucha importancia al cuerpo físico, porque para ellos lo único que tenía valor era el alma. Algunos griegos llegaron a la conclusión de que si el cuerpo físico no tenía ningún valor, entonces tampoco importaba lo que hicieran con él.
El cuerpo fue diseñado para servirle al Señor, de la misma manera que el Señor es para el cuerpo, para habitar de la misma manera en el cuerpo por su Espirítu. Juan 14:23 dice: “Aquel que guarde y ame mis mandamientos, mi Padre y yo vendremos y haremos morada con él”. Cristo vive en ti, de manera que tu cuerpo tiene una importancia extraordinaria porque es la casa de Jesús.
No debes tratar a tu cuerpo como una ropa inservible, que al final de cuentas será desechada. Debes tratar tu cuerpo como la materia prima que Dios usará, para darte un cuerpo lleno de gloria.
Dios te compró a un precio especial, para librarte de la esclavitud del pecado, para convertirte en un templo. Los templos son para adorar a Dios, por lo tanto, todo lo que haces debe honrar y glorificar a Dios. Debes vivir en una manera coherente con tu identidad si tú realmente eres cristiano.