Romanos 3:13-14 “Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura”.
Lo que el hombre suele hablar revela lo que hay en su corazón. Mateo 12:34 dice: “de la abundancia del corazón habla la boca”. Si hay algo que revela el carácter perverso y contradictorio del hombre, es su hablar.
A la mayoría de las personas les molesta que les mientan, que hablen de ellas a sus espaldas, que los traicionen. La realidad es que la mentira es sumamente común entre los seres humanos, al igual que el chisme.
El ser humano es chismoso y engañador. En el momento en que menos te lo esperas te enteras de alguien en quien tú confiabas que estaba hablando mal de ti a tus espaldas, y eso hiere profundamente. Deberías comenzar a examinar tu propio corazón, porque son muchos pecados los que se cometen con la lengua. Nos promovemos a nosotros mismos, destilamos amargura y descontento. Lo que nuestras conversaciones reflejan del carácter humano es bastante deprimente.
Cuando tú sientas que tu corazón se llena de orgullo, de auto justicia, de superioridad, cuando se te haga difícil perdonar a los demás; recuerda que necesitas la gracia de Dios, pues en Cristo hay perdón para todo aquel que se arrepiente de sus pecados.
Ven a Cristo y pídele que trasforme tu corazón, pues la biblia dice: “que Dios no desprecia al corazón contrito y humillado” (Salmos 51:17).