Marcos 12:38-40 “Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casa de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación”.
Hay personas a las que les fascinan los títulos, en algunas iglesias los pastores les dicen que les llamen: apóstoles, profetas, y se está haciendo popular el título de patriarca.
Los escribas y fariseos eran los que estaban supuestos a guiar y a proteger a las ovejas del rebaño de Dios, pero en cambio, estaban actuando como lobos rapaces (Mateo 7:15). Estos hombres convencían a las viudas para que los dejaran manejar sus pertenencias y al final las dejaban si nada.
Hoy encontramos similitud con los predicadores de la prosperidad, es el mismo espíritu diabólico que mueve a estos charlatanes de la prosperidad que usan la religión como pretexto para convencer a las personas que les den su dinero a cambio del favor de Dios. Esta gente está apelando a la codicia humana para hacerse multimillonarios en el nombre del Señor y distorsionan el evangelio; han convertido la casa del Señor en una cueva de ladrones.
2 Pedro 2:14 dice: “Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición”. Estos hombres pueden engañar a medio mundo con sus largas oraciones o sanidades, pero no pueden engañar a Dios, porque “Dios pesa los corazones de los hombres” (Proverbios 21:2).
Si tú estas asistiendo a uno de estos movimientos, sal de ahí, pues estos hombres son dañinos, vacunan a la gente contra el evangelio, para que se les haga difícil escuchar la verdadera predicación, ellos hacen que la gente “se sienta bien” diciéndoles: “tú puedes” “eres hijo del rey”. Y esto pasa también con aquellos que escuchan “predicaciones terapéuticas”, y si tú estás acostumbrado a escuchar ese tipo de predicación, difícilmente podrás escuchar el verdadero mensaje del evangelio.