Mateo 22:37-39 “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
La Palabra de Dios nos dice que toda la ley se resume en estos dos mandamientos. Cada vez que tú violas estos dos mandamientos, tú estás violando toda la ley.
No hay una sola persona que cumpla estos dos mandamientos ni por un segundo. Todos somos tan malos que por eso, tuvo que hacerse hombre la segunda persona de la trinidad y cumplir la ley de Dios a la perfección. Jesús fue el único que pudo cumplir a la perfección esos dos mandamientos. Él amó a Dios con todo su corazón, con toda su alma, con toda su mente, con todas sus fuerzas, y amó al prójimo como así mismo, al punto de dar su vida por ellos en la cruz del calvario. ¡Eso es amor!
Y él tuvo que hacer eso, porque nosotros no podíamos salvarnos a nosotros mismos, no hay otro camino de salvación. Juan 3:16 dice: ”Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Alguien tenía que pagar nuestra deuda y eso lo hizo Jesús.
El hecho de ser perdonados nos lleva a amar a Dios; Y porque somos perdonados y amamos a Dios, nos lleva a guardar sus mandamientos.