Efesios 1:11 “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad”.
Se dice que la historia del mundo, es la historia del levantamiento y la caída de reyes y naciones. Pensemos en Egipto, en Babilonia, en el tiempo de Alejandro el grande o en los césares romanos. Pero hay un Rey que nunca caerá, hay un Rey que permanece sentado en su trono, el Rey que hace todas las cosas conforme el designio de su voluntad, y ese Rey es nuestro Dios. Él es Rey de reyes y Señor de señores.
Nuestro Rey está en su trono y reina soberano. Cuando pasemos por momentos de turbación, de aflicción o preocupación, es importante que como creyentes nos afiancemos en aquellas verdades de las Escrituras que nosotros decimos creer. No es suficiente con que tengamos una buena teología, lo importante es que sepamos aplicar esas cosas que creemos en momentos difíciles.
Nuestro Dios es Todopoderoso, es santo, es justo, es bueno, es omnisciente, él tiene toda la sabiduría que se puede tener, el no cambia, y nos ama con un amor eterno. A nuestro Dios nada lo toma por sorpresa, porque como dice Efesios 1:11 “Él es aquel que nos predestino conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad”.
Nuestro Dios tiene un propósito y su propósito es bueno y sabio. Y aunque no entendamos lo que él está haciendo, debemos confiar en él aun en medio de las circunstancias por las que estemos atravesando. Como creyentes, demos testimonio al mundo en medio de tanta turbación, y que la gente vea que tenemos un Dios en los cielos que no ha dejado de ser Dios, que no ha dejado de ser soberano y que sigue siendo Rey de reyes y Señor de señores