Números 23:19 “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”.
Muchas personas podrán mentirte en la vida, pero Dios jamás haría tal cosa. El hecho que no te haya cumplido una petición, no significa que Dios ya te defraudó.
La razón por la que Dios no nos da algo inmediatamente es porque no estamos preparados y necesita forjar cosas de las que carecemos y que son indispensables para recibir esas promesas. Pensemos en José por ejemplo. ¿Qué hubiera sido de José si Dios no lo lleva a casa de Potifar y luego a la cárcel? ¿Hubiera aprendido los principios de mayordomía que luego le llevaron a ser el administrador de Egipto? La verdad no lo creo.
Dios tiene el control de todo y hasta en detalles adversos como este, sabemos que existe un propósito. Así que si Dios no te ha dado algo, no quiere decir que Él te ha mentido, tampoco que ya cambió de opinión y no te lo dará, pues Él no es como nosotros los mortales que cambiamos de padecer según sean las circunstancias.
Si hay algo que nos debe quedar bien claro en este día es que Dios sí cumple. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17).
Aunque sea difícil de entender, en Dios no hay razones para cambiar de parecer, lo que sí debemos entender es que debemos ser pacientes y esperar en su tiempo el cumplimiento de las promesas.