Salmos 46:1-3 “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”.
Vemos noticias sobre hambrunas en muchos países, huracanes, terremotos, enfermedades, virus; y a veces somos abrumados con estas cosas, pero a ti ¿qué te causa temor?
Si te enfocas en las circunstancias que te rodean, o te concentras en ti mismo, en vez de mirar a Dios serás presa del temor y de la inseguridad y terminaras sintiéndote deprimido(a) y desesperado(a).
Si eres creyente deberías manifestar un tipo de respuesta muy diferente en estas circunstancias; en vez de temor, deberías responder en fe, en vez de sentirte inseguro (a), debes poner tu confianza en el Señor.
En tiempos de austeridad, de incertidumbre, de temor, demostramos verdaderamente donde esta nuestra confianza. ¿Confías en tu trabajo para proveer tus necesidades? ¿Confías en tu jefe, en tu salario? ¿Confías en tus negocios, tus inversiones? ¿Tienes tu confianza en tu cónyuge, padres, amigos, o estas confiando en Dios?
En 1 Timoteo 6:17 dice: “a los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia”.
Pon tu esperanza en el Señor, confía en él, él sabe por lo que estás pasando. Esas circunstancias por las que estas atravesando en tu vida, con tu familia, en tu trabajo; o las circunstancias que otros están atravesando, no sorprendieron al Señor, él está en su trono y él está cumpliendo cada uno de sus propósitos.
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos” (Salmos 46:1).