Mateo 20:28 “como el hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”
Muchas veces piensas que con el simple hecho de llegar los domingos a la iglesia, de ir a un estudio, de servir en algún ministerio, estas cumpliendo con la misión que Dios te dejó. Pero déjame decirte que si en tu vida no estás dando testimonio, no estas ganando almas para el Señor, no estas compartiendo su Palabra, no estas siendo parte de la obra misionera del Señor. Estas tan ocupado en tus asuntos que te olvidas del propósito por el cual Dios te ha traído hasta aquí.
Jesucristo cumplió su misión en esta tierra, el efectuó por completo el pago por nuestros pecados, cumplió su misión de dar su vida en rescate por toda la humanidad (1 Timoteo 2:6).
Cuando tú y yo, recibimos a Cristo en nuestro corazón, pasamos a ser familia de Dios, cuerpo de Cristo y por lo tanto somos llamados a cumplir lo que Jesucristo nos mandó hacer que es: “id y hacer discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19).
La misión de Dios para rescatar al hombre fue su amor, por eso es que Dios desea que todos los hombres sean salvos. Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Dios busca que la iglesia, el cuerpo de Cristo, salga de las cuatro paredes y gane almas para él. Cada uno, tenemos esta responsabilidad de alcanzar nuestras generaciones con el evangelio. “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21). Cuando tú sigues las pisadas de Cristo, la gente va a ser impactada; ¡¡Jesús nos trazó el camino y nos dio el ejemplo, ahora te corresponde a ti seguirlo!!