Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Obediencia a Dios

1 Pedro 2:11 “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”.

El pecado aun mora en nosotros como un principio que se opone continuamente a la voluntad de Dios. Esos deseos carnales están allí, y no como un volcán extinguido, están ahí a pie de guerra. Pero el creyente verdadero se evidencia porque en medio de esa lucha, y en medio de la seducción del pecado el desea obedecer a Dios y se entristece cuando se da cuenta que ha sido arrastrado fuera de la voluntad de Dios.

En Romanos 7:19 el apóstol Pablo habla de sus propias luchas y el reconoce que su obediencia a la voluntad de Dios no llenaba la medida de sus deseos: “yo no hago el bien que quiero”, esta es una declaración comparativa; es como si Pablo estuviera diciendo: yo no puedo hacer todo el bien que deseo hacer, de manera que al obedecer la voluntad de Dios me quedo corto y no alcanzo la obediencia que deseo alcanzar.

Más adelante Pablo nos dice en Romanos 7:22-23 “Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente”. Hay una lucha de interés en nosotros pero en medio de esa lucha debemos deleitarnos en la ley de Dios.

Comenzar el día sin buscar el rostro de Dios es una imprudencia pues los peligros y tentaciones nos acosaran y procuraran nuestra ruina. Esta petición nos recuerda cuan débiles somos, los deseos carnales que aun habitan en tu corazón batallan contra tu alma y es una batalla continua, por eso dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 10:12 “el que piensa estar firme, mire que no caiga”. Sin la ayuda de Dios no podríamos dar un solo paso en pos de la santidad, él ha prometido concederte los recursos que necesitas para andar en obediencia. Pídele día tras día, minuto a minuto que se haga su voluntad y que sea más evidente cada día el crecimiento en obediencia.