Marcos 9:25-27 “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo diciéndole: Espirítu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y el quedo como muerto, de modo que muchos decían: Esta muerto. Pero Jesús tomándole de la mano, le enderezo; y se levantó”.
¡No hay poder sobre la tierra que pueda ponerle resistencia a la autoridad de Jesús!
Los discípulos no habían podido hacer absolutamente nada para librar al muchacho de la opresión; pero cuando llego Jesús le ordeno al demonio que saliera de él y no regresara más. Jesús ordeno, y el demonio obedeció.
El muchacho quedo libre de su esclavitud, Jesús lo tomo de la mano y lo levantó. Lucas 9:42 añade que: “Jesús sano al muchacho y se lo devolvió a su padre”. Hacía mucho tiempo que este padre había perdido a su hijo en cierto modo, pero Jesús estaba ahí para recuperarlo para ellos.
El Señor entiende la aflicción de los padres creyentes, cuando ven a sus hijos lejos de la salvación. Y él, no solo tiene poder para salvarlos, él tiene el poder para ayudarnos a seguir esperando, descansando en él, cualquiera que sea su voluntad. No olvides que él es el único que tiene autoridad para perdonar pecados, para decidir el destino eterno de los hombres. Juan 5:21 dice: “Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida”.