Proverbios 9:4-5 “Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dice: Venid, comed mi pan, y bebed del vino que yo he mezclado”.
Este pasaje nos enseña la historia de un joven que va por su camino y escucha dos voces que le llaman y él debe decidir cuál voz oír.
La primera voz que oye, es la de una mujer pecadora, alborotadora que se sube a los lugares altos de la cuidad para lanzar sus propuestas de pecado (Proverbios 9:13-15). Esta mujer es símbolo del pecado, la tentación usa los lugares altos de nuestra sociedad, lugares como televisión, redes sociales, gobiernos y escuela; donde puede alcanzar a un público mayor para entonces lanzar su propuesta pecaminosa. Pero el versículo 18 nos alerta, al decirnos que la consecuencia de oír la voz del pecado es el seol o la muerte.
Por otro lado hay otra voz que es la sabiduría, ella también busca los lugares altos para lanzar su mensaje de vida. Esta voz es del Espíritu Santo, quien usa un mensaje en la radio, una predicación, una foto en las redes sociales, para conducirnos al arrepentimiento y consagración.
Lo que tú necesitas para tener vida, ser exitoso y ser salvo, se llama “Jesucristo”, y esa es la maravillosa oferta del Espíritu Santo, quien nos conduce a Jesús.
La consecuencia de obedecer a esta voz nos la dice el versículo 6 que dice: “dejad las simplezas y vivid, y andad por el camino de la inteligencia”.
Querido hermano, en tu camino de la vida constantemente escucharas dos voces que te llaman: La voz del pecado y la voz del Espíritu Santo. No escuches la voz del pecado, mejor, se sabio y escucha la voz del Espíritu Santo, pues lo que él te brinda es a Cristo.