Isaías 41:13 “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: no temas yo te ayudo”.
La razón por la que el profeta Isaías afirma esto, es porque para muchos su Dios no es el Señor, probablemente lo sea el trabajo, el dinero, la familia, un objeto, etc; lo despojan del primer lugar, dándoselo a algo material aun cuando la misma Palabra de Dios nos enseña que el primer mandamiento dice: “no tendrás dioses ajenos delante de mí” Éxodo 20:3.
Nadie puede decir amar a Dios si no le da el lugar que solo él se merece. El Señor Jesús le explicaba a los apóstoles que el mandamiento más importante es: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37).
El Señor es tu sustento, es decir, quien permite que tengas todo lo que posees; tu ayudador en otras palabras. El Salmista tenía este aspecto bien claro al afirmar lo siguiente: “mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y de la tierra” (Salmos 121:2).
Cuando confiamos que el Señor es nuestro sustento, reconocemos que él tiene toda potestad, porque todo lo que hay creado es de él y le pertenece. No hay riquezas acumuladas que puedas llevarte, lo único seguro que el hombre tiene seguro es saber que será salvo si ha vivido una vida íntegra y en santidad delante de Dios.