Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Reaccionando en medio de las aflicciones

1 Pedro 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos”.

¿Cómo debemos los cristianos reaccionar en medio del dolor, la aflicción y la turbación?

Hay una carta del nuevo testamento que responde esta pregunta, y es la primera carta del apóstol Pedro. Los hermanos a los cuales Pedro les envía esta carta estaban siendo perseguidos por  causa de su fe, sin embargo, Pedro les escribe una carta en la que los alienta y los anima a vivir en lo que ellos habían creído.

Todo a su alrededor se estaba desmoronando, pero la esperanza que ellos tenían en Dios, era “una esperanza viva, porque estaba cimentada en la resurrección de Jesucristo  de entre los muertos, para obtener una herencia incorruptible, inmaculada y que no se marchita, reservada en los cielos”.

Estamos protegidos por Dios, no en el sentido de que no nos tocara ningún mal, sino en el sentido de que no importa cuán fuerte sea la aflicción; si nuestra fe es genuina, si nuestra fe es verdadera, nosotros somos protegidos por el poder de Dios.  Mira lo que dice Pedro en el versículo 5: “Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”.

Cuando estamos en medio de la aflicción, en medio del dolor; la reacción más natural del ser humano es a quejarnos, a estar descontentos; sin embargo en 1 Pedro 1:6-8 dice: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, os alegráis con gozo inefable y glorioso”.

Nosotros tenemos una esperanza que nada ni nadie nos puede quitar; nuestros cuerpos pueden enfermar, y hasta podemos morir. Pero la muerte es ganancia para el cristiano porque sabemos que es el pase a través del cual vamos a ver cara a cara a nuestro Bendito Señor y Salvador Jesucristo.

No perdamos de vista la herencia incorruptible, inmaculada que está reservada para nosotros en los cielos, porque eso nada ni nadie nos lo puede quitar, es una esperanza viva que está enraizada nada más y nada menos que en la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.