Lucas 14:33 “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”.
Para llevar una vida que agrade a Dios hay que dejar muchas cosas viejas atrás. Y es que por Jesús hay que enterrar al viejo hombre, dejarlo atrás y estar dispuesto a empezar una nueva vida en él. El Señor te exhorta a abandonar aquellas cosas que te atan a este mundo e impiden seguirle en obediencia y fidelidad.
Ser considerado un discípulo de Cristo tiene un precio y Gálatas 2:20 nos lo dice: “ya no vivo yo, es Cristo que vive en mi”. Para segur a Cristo debes tomar decisiones radicales, que quizá te cuesten al principio, pero con el tiempo te darás cuenta de que valen la pena. No se cuales cosas aún no estás dispuesto a dejar para seguir a Cristo fielmente. Probablemente tu familia sea ese obstáculo que te impida ver esa bendición que significa tener a Jesús en tu corazón. El Señor Jesús en Lucas 18 cuando habla del joven rico les dice a los doce en el verso 29 y 30 lo siguiente: “de cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado su casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo y en el siglo venidero la vida eterna”.
Si decides vivir para Cristo tendrás su respaldo y él será tu fortaleza (Filipenses 4:13). Recuerda que Dios desea hacer cosas nuevas en ti todos los días, tal cual lo dice la Palabra en 2 Corintios 5:17 “de modo sí que alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Es tiempo de renunciar a todo de una buena vez, ¡decídete!, porque vivir para Cristo sí que vale la pena.