Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Reorientando mi forma de pensar

Marcos 4:38-39 “Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”.

Una brújula es un instrumento para orientarse y es importante revisarla para saber que vamos en dirección correcta. La desviación más mínima nos podría llevar fuera de curso. En Juan 17:17 el Señor dijo: “santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. La verdad es como la brújula y Dios nos ha dado su Palabra.

La humanidad ha tenido un gran problema para creer la verdad, y su naturaleza pecaminosa se inclina a creer las mentiras sobre el carácter y la naturaleza de Dios. Todos necesitamos realinear nuestro corazón a la verdad acerca de Dios, como también los discípulos que estaban en la barca aquella noche de tormenta.

Las tormentas de la vida tienen una manera muy reveladora de mostrarnos lo que pensamos acerca de Dios. Lo primero que ocasiono temor en los discípulos esa noche, fue el pensar que Dios no era lo suficientemente grande como para ayudarlos.

¿Alguna vez has visto tu circunstancia y has pensado que está muy difícil, inclusive para Dios? Que él no puede cambiar el corazón de cierta persona, que no puede sanar una enfermedad, que no puede volver el amor a ese matrimonio, que no puede satisfacer tu deseo. Tal vez no lo digas, pero tu ansiedad y tu falta de paz indican que eso es lo que verdaderamente crees.

Los discípulos aquella noche de tormenta pensaron que Cristo no podía hacer nada con la tormenta, que todo estaba fuera de control. Pero cuando Cristo se despertó y les mostro que no importa cuán salvaje y furiosa sea la tormenta, él está en control.

Cada vez que esperas que Dios cumpla con tu agenda, cada vez que esperas que el haga lo que tú quieres, cuando tú lo quieres y como tú lo quieres, esas expectativas están fuera de lugar. ¿Qué tan frecuentemente queremos controlar a Dios?

Tal vez hoy tu estés pasando por tormentas violentas en tu vida; enfermedad, divorcio, un hijo prodigo, adicciones, crisis financieras, entre otras cosas. Pero no importa cuál sea la tormenta, Jesús quiere que reorientes tu corazón con la verdad de su Palabra, él quiere traerte paz. Dios es suficientemente bueno y está lo suficientemente interesado, y es lo suficientemente poderoso para traer paz a tu tormenta y para llevarte al otro lado.