Mateo 25:19 “Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arreglo cuentas con ellos”.
El tiempo que Dios te da es suficiente para que tú uses lo que él te ha dado para su gloria. En el día del juicio tu y yo nos veremos delante de nuestro juez de manera individual, cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de lo que hicimos con nuestra vida.
Muchos creen en el espejismo de que están aquí por casualidad; que nacen, crecen, se reproducen, mueren y se acabó todo, pero no, no es así. Estamos esperando a que regrese el amo al que hay que dar cuentas, y hay que vivir consientes de la promesa de su venida. ¿Tú lo estas esperando? ¿Estás viviendo como alguien que lo espera?
En el v24-25 dice: “pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo”. Este hombre no hizo lo que se le encomendó, él tenía una excusa preparada.
Las personas inventan mil excusas para no hacer lo que tienen que hacer y esas palabras son un ejemplo de lo que la gente hace con Dios. Adán lo hizo en el huerto del Edén cuando cayó en pecado, él dijo: “la mujer que tú me diste” (Génesis 3). El hombre tratara de excusar su responsabilidad, pero Dios tiene todas las evidencias.
Servir a Dios no es esconder la responsabilidad que él nos ha asignado; es trabajar para la gloria de Dios, no es simplemente dejar de hacer lo malo. Positivamente debemos hacer algo con las oportunidades y la vida que Dios nos ha dado. Y podemos esconder nosotros nuestros talentos cuando vivimos como si nos perteneciéramos a nosotros mismos, dándole a Dios lo que nos sobra.
1 Corintios 6 dice: “por precio habéis sido comprados, por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en nuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Usa cuerpo y espíritu para la gloria de Dios, somos siervos del Señor, no nos pertenecemos a nosotros mismos y debemos ser siervos fieles y no infieles.
A este último siervo su señor le respondió: “siervo malo y negligente; echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25:26-30). A veces vivimos la vida pensando en que sabemos cómo vivir, pero esta parábola nos enseña que la vida no es para usarla nosotros como se nos dé la gana, sino que la vida es para vivirla para Dios. Dios nos permite muchos deleites, beneficios personales y placeres, pero no debemos descuidar lo que es nuestra responsabilidad, buscando primeramente el reino de Dios y su justica. No cumplimos con nuestro propósito en la vida desperdiciando nuestro tiempo, desperdiciando las capacidades que Dios nos ha dado, desperdiciando el dinero en tonterías. ¿Estas tu disponible para servir y hacer? ¿Te sientes satisfecho con lo que tú has hecho? ¿Puedes usar tus talentos mucho mejor para la gloria de Dios?
Abraza a Cristo hoy, para que puedas tener la perspectiva de la vida que debemos tener. Cristo puede reorientar tu vida para que vivas para la gloria de Dios, para que puedas prepararte para aquel día cuando cierres tus ojos aquí en la tierra, los abras en la gloria y no en una condenación eterna.