Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Rindiendo mis derechos

Filipenses 2:6-8 “el cual siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó así mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humillo así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.

El pensar que el todopoderoso Dios se vistió de debilidad humana; el creador de la vida entrego su vida para que nosotros pudiéramos vivir; debería ponernos a pensar mucho.

Es natural hoy en día en la sociedad que las personas reclamen sus derechos; pero como seguidores de Cristo estamos llamados  a rendir y entregar nuestros derechos a Cristo, y a disfrutar de los privilegios que Dios decida soberanamente derramar sobre nosotros. Seguir a Cristo significa dejar a un lado mi vida, decirle que no a mi carne y decirle que si a Dios.

Jesús era Dios, pero él no exigió o espero a que otros lo trataran como a Dios, y ese es el problema con nosotros, porque queremos que los demás nos traten como si fuéramos Dios, porque nos hacemos a nosotros mismos como nuestros propios dioses. Jesús renuncio a sus derechos como Dios.

Como discípulos de Jesús debemos rendirle a él nuestros derechos; por ejemplo: pensamos que tenemos derecho a tomar venganza, y Romanos 12:19-20 nos dice que” no nos venguemos nosotros mismos, sino que dejemos lugar a la ira de Dios”. Pensamos que también tenemos derecho a tener un hogar cómodo y seguro, cuando él dijo en Mateo 8:20: “las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nido; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar la cabeza”. El derecho a tener un hogar cómodo y seguro es un derecho que tenemos que rendirle a Cristo.

Pensamos que tenemos derecho a gastar nuestro dinero como nos plazca (Mateo 6:19-21), el derecho a odiar a un enemigo (Mateo 5:43-48), tenemos que renunciar a ese derecho, el derecho a ser servidos (Marcos 10:43-47), el derecho a entender el plan de Dios antes de obedecerlo (Hebreos 11:8), el derecho a vivir nuestra vida con nuestras propias reglas (Juan 14:23-24), el derecho a guardar rencor (Colosenses 3:13), el derecho a hacer lo que nos hace sentir bien (Gálatas 5:16-17), el derecho a quejarnos (Filipenses 2:14), el derecho a ponernos a nosotros mismos en primer lugar, el derecho a expresar nuestra propia sexualidad de formas contrarias a la manera de Dios (1 Corintios 6:18-20), el derecho a rebelarnos contra la autoridad (1 Pedro 2:13-15), el derecho a entablar juicio contra otro creyente, y el derecho a poner fin a un matrimonio decepcionante (Mateo 5:31-32). Estas son solo algunos de los derechos que se nos pide rendir como seguidores de Cristo.

En la vida diaria, Dios nos llama a convertirnos en siervos con corazones que sirven a Cristo. Bajemos de nuestros tronos y convirtámonos en siervos de él. Vivir el evangelio como un verdadero creyente es tener la mente de Cristo, no establecer nuestros derechos y tener en cuenta sus intereses antes que los nuestros, es tomar una toalla y servir, y como consecuencia Cristo será glorificado.