Salmos 27:4 “Una cosa he demandado a Jehová, esta buscare; Que este yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo”.
El salmista pedía a Dios que pudiera estar todos los días de su vida en su presencia, delante de él y con eso bastaba. Él estaba a punto de ser atacado y le dice a Dios que su deseo era estar con él y contemplar su hermosura. David no consideraba el problema como lo más importante, para él lo que realmente importaba era que Dios estuviera con él.
Muchos de nosotros ante momentos o situaciones difíciles en vez de buscar a Dios y contemplarlo nos involucramos con el problema tratando de resolverlo a nuestra manera y nos alejamos de Dios. Otros, se amargan por esos problemas y no buscan a Dios.
En Lucas 10:38-42 encontramos a Marta y a María; María había preferido sentarse a los pies de Jesús, mientras Marta turbada y afanada estaba. María había elegido la mejor parte, Mientras Marta tratando de resolver los afanes de la vida. María escuchando a su Dios y deleitándose en él.
Y ¿tú que haces en los momentos difíciles, de temor? ¿Buscas a Dios? o ¿Buscas resolver el problema?
David hacia lo que hacía porque decía: ”Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultara en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto” (Salmos 27:5). Esto es algo contraproducente para cualquier persona que no conoce a Dios, En medio del temor, amenazas, abandono, u otra situación tu buscas a Dios como lo más importante y él levanta tu cabeza, y contemplas su hermosura y cantas de júbilo.
Recuerda a Pablo y a Silas en medio de la cárcel cantando himnos, encadenados y adorando a Dios, en esa cárcel, sin esperanza de que alguien los sacara; solamente confiando en Dios de que los tenía allí con un propósito.
Elige la mejor parte en medio de cualquier situación, desea estar en la presencia de Dios y confía en él, no veas el problema, mira a Dios y descansa en él.