Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Señor librame

Éxodo 14:21 “Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por fuerte viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas”.

La persecución es quizá una de las pruebas más fuertes por las que muchos creyentes han pasado. David, cuando era perseguido porque el rey Saúl procuraba matarle, tuvo momentos difíciles, sin embargo mientras pasaba por esos momentos de dificultad depositó toda su confianza en la única persona que lo podía librar de sus perseguidores, y esa persona es Dios.

Cuando el pueblo de Israel salía de Egipto, el corazón de Faraón se endureció y les persiguió aun cuando había permitido que salieran de su tierra. En ese momento de angustia, el pueblo supo a quién clamar y Moisés les dio la seguridad que necesitaban al decirles, “no temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros” (Éxodo 14:13). Hubo un Moisés que se levantó y les dio una Palabra de aliento, no sin antes demostrarles que había un Dios Todopoderoso que se encargaría de todo.

Esa fue la manera que Dios empleó para librar a su pueblo de su perseguidor. Dios no te dejará solo en esta batalla, Él buscará la manera de librarte de tus enemigos, bástate con mirar su Palabra y depositar toda tu confianza en Jehová Dios. Mira esto que nos enseña el libro de los Salmos, “alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra” (Salmos 121:1-2).

En medio de la persecución hay algo a lo que no puedes dar lugar: el temor, pues todo lo que él hace es volver la semilla sembrada en tu corazón totalmente infructuosa. No olvides que, la misma Palabra nos exhorta a echar fuera el temor: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18). En medio de la persecución busca el rostro de Dios y pídele que te libre de tus enemigos.