Mateo 20:26-27 “Mas entre vosotros no será así, sino el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo”.
Muchas veces nos preguntamos ¿cuál es la finalidad del evangelio en nuestras vidas?, y la respuesta es sencilla: servir. Todo se resume en esas seis letras. El Señor lo deja bien claro al decir: “el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor”.
Ahora, la pregunta que nos hacemos es: ¿de qué manera servimos?
Servimos cuando somos enteramente preparados o equipados para toda buena obra (2 Timoteo 3:17). Lo cual solo puede ser alcanzado a través de la meditación de la Palabra de Dios. En pocas palabras, el creyente esta llamado solo a hacer cosas buenas.
Solo cuando invertimos tiempo leyendo la Palabra sabemos de qué manera Dios desea que hagamos las cosas.
Las buenas obras que Dios preparo de antemano solo las podremos hacer si de por medio esta la Biblia, “pues ella es útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16).
Ya el Señor preparo el terreno para que todos podamos realizar buenas obras, ahora lo que nos corresponde hacer, es, instruirnos en justicia y lograr ese objetivo que él tiene para nosotros.