Lucas 6:36 “Sed, pues, misericordioso, como también vuestro Padre es misericordioso”.
Jesús mostro su misericordia muchas veces al sanar personas y echar fuera demonios. En Mateo 20:30-34 dos hombres ciegos clamaron: “Señor ten misericordia de nosotros, Hijo de David y movido a compasión, Jesús tocó sus ojos, e inmediatamente ellos recobraron la vista y le siguieron”.
También fue movido profundamente en su espíritu y lloró cuando vio la tristeza que había traído la muerte de Lázaro (Juan 11:33-36).
También mostro misericordia cuando sano a un paralitico y además perdono sus pecados (Lucas 5:18-25).
Podemos mostrar misericordia con nuestras acciones como lo dice Juan en 1 Juan 3:17-18 “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿Cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”.
Y también podemos mostrar misericordia espiritualmente al amar y consolar. Gálatas 6:1 dice: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”
Dios nos prometió en Mateo 5:7 que recibiríamos misericordia si nosotros éramos misericordiosos con otros. Si hemos recibido misericordia ilimitada de nuestro amado Dios al sacarnos de ese estado pecaminoso, pobre y miserable para convertirnos en cuidados celestiales ¿cómo podemos retener la misericordia a los demás?