Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Sin temor de Dios

Romanos 3:15-18 “Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos”.

Tu podrás decir: “yo no soy esa persona derramadora de sangre que Pablo está describiendo en este pasaje”. Eso es lo que tú piensas acerca de ti mismo. Tú piensas que porque literalmente nuca has cometido un homicidio estas libre de la violencia que Pablo describe en este pasaje.

Mateo 5:21 dice: “oísteis que fue dicho a los antiguos: no mataras; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo: que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”.

A los ojos de Dios, un corazón airado, que usa expresiones hirientes, denigrantes, irónicas para descargar su ira, es un corazón homicida. Así es como Dios lo ve. Es terrible que el pecado haya dañado tan profundamente las relaciones humanas, pero lo más terrible del pecado es la forma como ha dañado nuestra relación con Dios. La biblia dice en Proverbios 1:7 “Que el principio de la sabiduría es el temor a Dios”. Nosotros comenzamos a ser sabios en el momento que comenzamos a tener temor de Dios. Ese temor puede ser descrito como la reverencia que nosotros deberíamos experimentar delante de Dios.

Pablo está diciendo en este pasaje que el gran problema del hombre es que él ha tomado la decisión voluntaria de vivir su vida a espaldas de Dios. Todas las facultades humanas han sido afectadas, han sido dañadas, corrompidas por el pecado; el intelecto, la voluntad, las emociones.

Pero es aquí donde el evangelio de Jesucristo brilla en todo su esplendor, porque por causa de este hombre descrito en este pasaje de Romanos 3, que Dios diseño un plan de salvación para rescatar a ese hombre. “Pero Dios muestra su amor por nosotros en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).