Marcos 1:16-18 “Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y hare que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron”.
Cuando el Señor Jesús comenzó su ministerio, el llamo a Pedro y Andrés para hacerles una encomienda especial, (hacerlos pescadores de hombres). Fue un llamado radical, que tuvo una respuesta radical. Ellos no dudaron y obedecieron al llamado.
Esto que paso con estos dos hermanos, es lo mismo que pasa cuando Cristo te llama, él lo hace con un llamado radical de no volver hacia atrás, él te llama a dejarlo todo y seguirle a él. ¿Estás dispuesto a dejar las redes?
Estos hermanos no sabían lo que les esperaba en el futuro, pero a ellos no les importo, ellos simplemente siguieron al Maestro, confiando en que si él los estaba llamando, él sabía lo que estaba haciendo.
Muchas veces somos tan racionales, que el Señor nos está dirigiendo por un lado y nosotros entendemos que no es por ahí, pues nos creemos más sabios que Dios. Cuando el Señor te llame, síguele por fe, porque él sabe a dónde te va a llevar, él es bueno y él tiene un plan para cada uno de nosotros.
Este es un llamado soberano, “a los que predestino, también los llamo” (Romanos 8:30). Por puro afecto natural y porque tu nombre estaba escrito en el libro de la vida, desde antes de la fundación del mundo. Y porque te amo, por eso te llamo. “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Juan 15:16). Cristo es quien escoge a sus discípulos, para imitarlo a él, para vivir como él, para hacernos igual que él.
Recuerda que un discípulo de Cristo huele a Cristo, habla de Cristo y vive como Cristo.