Juan 10:27-28 “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.
Este versículo es grandioso, pues dice que Dios es quien nos sostiene, es el Dios todopoderoso quien nos tiene agarrados de su mano. Y no hay ningún poder que sea más poderoso que el de Dios para sacarnos de allí. Nadie nos puede arrebatar de la mano del Padre. Por lo tanto estamos seguros.
Isaías 41:13 también dice: “Porque yo soy Jehová tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: no temas, yo te ayudo”.
Estas promesas son más que suficientes para continuar la carrera de la fe, sabiendo que no estamos solos y que Dios nos sostiene. No debemos temer ante las circunstancias o adversidades que podamos atravesar, pues “si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
Filipenses 1:6 nos dice: “que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo”. Dios comenzó una obra en cada uno de sus hijos y él la terminara.
El seguirá obrando en nosotros hasta que estemos presentes delante del Señor, santos y sin mancha.