Marcos 15:33 “Cuando vino la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena”.
Jesús fue crucificado a la hora tercera, que sería como a las nueve de la mañana. De manera que fue a las doce del mediodía que vino esta obscuridad sobre toda la tierra. En esas tres horas Jesús experimento todo el peso de la ira de Dios por nuestros pecados, simbolizados en esa obscuridad. Esta fue una obscuridad sobrenatural causada por Dios mismo, para mostrarnos a través de un fenómeno visible, lo que estaba sucediendo a nivel espiritual en ese momento en que nuestro Señor Jesucristo estaba dando su vida en la cruz.
Cristo estaba allí como nuestro sustituto; recibiendo en nuestro lugar todo el peso de la ira de Dios que merecen nuestros pecados, para que nosotros pudiéramos ser perdonados en el tribunal de Dios. Es por eso que Juan el Bautista cuando ve a Jesús dice: “He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Cristo fue a la cruz sacrificado como un cordero, en 1 Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. Y 1 Pedro 2:24 dice “quien llevo el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia”.
Querido hermano, Cristo amó a su iglesia, de tal manera que dio su vida por ella. Nuestro Señor y salvador tuvo que beberse esa copa de ira santa sin una gota de misericordia, para que nosotros hoy podamos disfrutar de la copa de la salvación, sin una gota de ira.