Proverbios 1:8-9 “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello”.
Los padres tenemos una responsabilidad con nuestros hijos, y no podremos llevarla a cabo si no pasamos tiempo con ellos.
Deuteronomio 6:5-7 dice: “Y amaras a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.
El estilo de vida de nuestra generación no tiende a unificar a las familias, sino más bien a desintegrarlas. Es triste ver como los padres cristianos están teniendo cada vez menos influencia sobre sus hijos. El problema es que si nosotros no influimos en ellos, ten por seguro que otros lo harán y muy probablemente no será para bien.
Proverbios 13:20 dice: “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado”. Y en 1 Corintios 15:33 dice: “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”.
Es una responsabilidad como padres el poder criar a nuestros hijos para Dios, pues algún día daremos cuentas a Dios por ello.