Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Un cambio para su gloria

Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.

Todos queremos glorificar a Dios con nuestras vidas, todos queremos  vivir de esa manera, pero, ¿Qué podemos hacer para cambiar y vivir para la gloria de Dios?

Si tú quieres cambiar, debes estar seguro de que has experimentado la misericordia de Dios en tu vida. Tú no puedes cambiar si Cristo no ha obrado en tu corazón. Por eso Pablo dice: que edifiquemos nuestras vidas sobre las misericordias de Dios.

Dios en su gracia y en su misericordia, “entrego a su hijo para que todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3:16). Y nos ha adoptado como sus hijos; Todo lo que tú merecías, era el juicio de Dios. Y todo lo que tú puedes hacer, es, clamar al Señor por misericordia.

Tú vida debe estar edificada sobre Cristo, que se hizo hombre y vino a morir en una cruz por tus pecados, quien al tercer día resucito  y hoy está sentado a la diestra del Padre. Y el ver esa verdad debe gobernarte y llevarte a tratar de exaltarlo en todas las áreas de tu vida.

Cuando ves lo que Dios hizo por ti, lo único que puedes hacer es rendirte a sus pies, a hacer un compromiso con el Señor, presentarte delante de él como sacrificio vivo, santo y aceptable delante de él.

Debes dejar de controlar tu vida y entregársela al Señor. Pablo les dice a los Romanos: “no presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Romanos 6:13).

Todo lo que hagas, debe ser hecho como un acto de adoración en la presencia de Dios, a la luz de lo que él ha hecho por ti.

Dios te dio un cuerpo para que hagas visible la belleza de Cristo en el mundo  que estás viviendo; él quiere que tu cuerpo sea un modelo de misericordia, evidencias corporales visibles de que estas viviendo para la gloria de Dios y que tu vida está siendo edificada sobre esa misericordia.