2 Corintios 4:1-2 “Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios”.
Todo creyente es un siervo de Dios, él ha rescatado nuestras vidas y nos ha llamado para servirle a él. Él ha repartido dones, pero la mayoría de los creyentes no usan sus dones para el servicio a Dios.
La palabra ministerio significa: uno que sirve. Y este servicio debe hacerse con amor y con pasión. En Santiago 1:17 dice: “Toda buena dadiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. Si Dios nos ha dado este ministerio entonces no debemos desmayar, no debemos rendirnos ni darnos por vencidos. 2 Corintios 4:16 “por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”.
A veces sentimos que ya no podemos seguir adelante, queremos rendirnos y nos desanimamos, pero el servicio a Dios es para toda la vida; Y la vida cristiana no es fácil, pero es la mejor vida que podamos vivir. 2 Timoteo 2:3-7 nos exhorta al decirnos: “tu, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se envuelve en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomo por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”.
Somos guerreros y estamos peleando contra el sistema del mundo, contra nosotros mismos y debemos luchar contra corriente. Debemos renunciar al pecado, a lo vergonzoso y secreto. Si tú quieres ser un verdadero y fiel siervo de Dios debes hacer lo que él nos manda y arrepentirte delante de él.
El apóstol Pablo se veía como un esclavo de Dios por amor a Cristo. Si tú eres realmente cristiano, entonces vas a ser esclavo de Jesucristo, y él es el mejor amo del universo. Esa esclavitud se reflejara en el servicio a él.