Iglesia Cristiana Hashem

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«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Una fe activa

2 Pedro 1:1 “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra”.

Cuando recibimos una carta, de lo primero que tenemos que asegurarnos es que esa carta está dirigida a nosotros. En esta carta de Pedro se identifica al inicio como siervo y apóstol de Jesucristo y seguido de esto, él aclara a quien le está escribiendo esta carta y dice: “a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra” (V1).

Este pasaje está escrito para creyentes, para aquellos que han obtenido fe en Cristo. Esta fe, es un regalo. En la gracia providencial y soberana de Dios él te escogió para que tuvieras esta fe. Nadie es suficientemente bueno para ganar el favor de Dios.

Romanos 3:23-24 dice “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Y Tito 3:3-7 nos dice: “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo el malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramo en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”.

Si eres hijo de Dios, tú has obtenido esa fe y la has puesto en Cristo. Esa fe que tienes es igual a la fe de todos los demás creyentes, “una fe igualmente preciosa de la nuestra”. Algunas veces pensamos que los demás son más bendecidos espiritualmente que nosotros; como estos apóstoles que caminaron con Jesús; pero, a ti te fue dada una fe como la de ellos.

Si Dios ha puesto fe en tu corazón, tu fe es de igual valor, es una fe del mismo tipo que la de ellos. No hay diferentes clases de creyentes. Esto significa que tienes los mismos privilegios y responsabilidades que todos los demás creyentes. Fuiste llamado a crecer y a madurar en tu fe; Fuiste llamado a servir y a ser conformado a la imagen de Cristo, igual que todos los demás creyentes. No solo puedes ser un espectador, tienes la misma responsabilidad de nutrir esa fe, de cultivarla, de hacerla crecer y usarla. Dios te ha dado los mismos recursos que le dio al apóstol Pedro. Estos recursos están disponibles para ti y para todos los creyentes. Hoy te invito a que crezcas en tu fe, a que perseveres y des fruto.