Hebreos 11:26 “Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón”
Las pruebas pueden mostrar que las cosas materiales son insuficientes para satisfacer nuestras más profundas necesidades. La mayoría de las veces, confiamos en las posesiones materiales y eso nos hace sentir como que sin esas cosas no podemos vivir; por lo tanto, es difícil evitar la trampa de la que el Señor Jesús nos advirtió en Mateo 6:24 “nadie puede servir a dos amos, porque odiara al uno y amara al otro o estimara a uno y menospreciara al otro, no puedes servir a Dios y a las riquezas”.
Moisés es un ejemplo, él paso cuarenta años en casa del Faraón y creció para ser un príncipe egipcio. Pero él estuvo dispuesto a dejar una posición de prestigio y poder, para que pudiera experimentar algo de los sufrimientos de sus hermanos israelitas quienes vivían como esclavos en Egipto. Dios hizo a Moisés participante de las tribulaciones de Israel para que confiara en él, no en las ventajas y comodidades del materialismo. Hebreos 11:27 “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible”.
Como creyente debes madurar y descansar en Dios, a medida que pase el tiempo debes depender cada vez menos de las cosas materiales que has acumulado y debes acercarte cada vez más al Señor.
Quizá Dios necesite llamar tu atención de manera similar para que aprendas una de las lecciones más importantes de las pruebas de la vida: Descansar en su riqueza ilimitada espiritual y no en tus posesiones finitas.