Marcos 1:16-17 “Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaba la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres”.
Hoy día muchas personas dicen seguir a Jesús, pero examinando este pasaje con detenimiento cada uno de nosotros preguntémonos si realmente somos seguidores de Jesús.
Lo que está sucediendo aquí con estos dos hermanos es exactamente lo mismo que ocurre con cualquier persona a la que Jesús llama para seguirle a él. Cuando Jesús llama a alguien es por el “puro afecto de su voluntad” (Efesios 1:5), y Juan 15:16 dice: “no me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”.
El Señor Jesús es quien toma la iniciativa para iniciar una relación con nosotros y nuestra participación en este asunto es únicamente responder a su llamado. Su llamado es a seguirlo a él a tener una relación personal con él. Jesús nos llama a vivir como el, pensar como el, hablar y actuar como él.
Si tú fuiste llamado, si tú eres cristiano tu llamado es a vivir como Cristo, Juan 15 dice “Permaneced en mi” de manera que podamos decir como el apóstol Pablo en Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo, más Cristo vive en mi”. Es a eso que fuimos llamados, a ser imitadores de Cristo.
Jesús se negó a sí mismo, se negó a su propia vida para venir a salvarnos, y ahora él te dice: vengan en pos de mí, aprendan de mí, vivan como yo. Esa palabra “venid” indica que se trata de una acción continua (los siete días de la semana, las veinticuatro horas del día).
El llamado es a seguirle a él todos los días de nuestra vida hasta que estemos en su santa y bendita presencia.