Algunas personas se vuelven tan fanáticas por individuos famosos, que llegan a cometer locuras para poder conocer a sus ídolos y verlos cara a cara. Por eso, a estos artistas se les llama ídolos, porque algunos los idolatran.
Imagina esto pero a la inversa. Imagina que alguien muy muy importante quiere conocerte a ti, y un día llega a tu casa, con un conocido tuyo y te dice que esa persona ha hecho lo imposible por encontrarte, ¿cómo reaccionarias?
Lo que quiero recordarte es que el creador y sustentador del universo, te escogió desde antes de la fundación del mundo, para que fueses del grupo de sus íntimos, para que esa amistad fuese a ser posible.
A veces pensamos que las personas están buscando a Dios, y que al convertirse lo encuentran; pero es todo lo contrario. Cuando eres inconverso, tú no buscas a Dios, él, te busca a ti, y él te encuentra, y por primera vez en tu vida comienzas a buscarlo.
Juan 3:16 dice: “de tal manera amo Dios al mundo que dio a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Dios entrego a su Hijo, para que tengamos vida eterna, y esa vida eterna es una existencia en perfecta comunión con Dios. En Juan 17:3 dice: “y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. En esto consiste la vida eterna, en que conozcamos al Padre y al Señor Jesucristo.
Esto es extraordinario, y debería producir en nosotros un vivo deseo por cultivar una relación más íntima con nuestro Señor.