Lucas 12:37–40 “Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, hallan velando; de cierto os digo que se ceñirá y hará que se sienten a la mesa y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente y no dejaría minar su casa. Vosotros pues, también estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”.
Como cristianos tenemos una responsabilidad importante y es que debemos estar “atentos”. Sin embargo, a veces malgastamos el tiempo quejándonos por circunstancias de la vida y preguntándonos ¿por qué Dios nos ha enviado esta situación?, que no podemos con esta prueba; en vez de estar pendientes de nuestra comunión con Dios. Hay que empezar a tomar decisiones radicales, por ejemplo, predicar más el evangelio, orar más, leer más la Palabra, compartirla más, en fin… Estar haciendo las cosas que a Dios le agradan, todo ello significa más morir al viejo hombre y empezar a alimentar uno nuevo que Dios nos ha regalado, pero ¿por qué nos cuesta tanto hacerlo?
Hay que empezar a romper con las viejas costumbres y empezar una nueva rutina de trabajo en el Señor. Y no significa esperar hasta el día de mañana, no, el día es hoy. La comparación que el Señor Jesús hace en el verso 39 es muy cierta. Si un padre de familia supiera que un ladrón fuera a meterse a su casa “nunca descansaría” porque debe estar preparándose para evitar que este entre y empiece a hacer cosas en su casa. Si el padre estuviera “vigilante” de seguro pondría en práctica ciertas estrategias que le impidan al ladrón entrar, como, por ejemplo: mantenerlo alejado de su casa o llamar a sus amigos para enfrentarle juntos. Bueno, esas mismas estrategias debemos ponerlas en práctica siempre porque no sabemos la hora en la que ha de venir el Señor Jesús por su iglesia y es mejor que nos encuentre preparados y no con la guardia abajo.