Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

«En Integridad y Sabiduría»

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: «En camino a un avivamiento» Libro de Zacarías (Martes) y «La Iglesia impulsada por la Biblia» (Domingos)

Nacido de nuevo (2ª parte)

Ayer les compartí sobre algunas evidencias de ser verdadero creyente y hoy continuamos con este versículo de Juan 3:3.

La tercera señal de un cristiano verdadero es que Dios llena tu corazón de amor hacia los demás, “en esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor unos con los otros” (Juan 13:35).Hay muchos creyentes que presumen del conocimiento de la Palabra de Dios y de llevar 20 o 30 años en una iglesia, pero sin embrago no tienen amor, sino que ofenden a sus hermanos, se pelean unos con otros, y su rostro no muestra paz ni amor, sino odio y rencor. Un cristiano con mal carácter y sin amor, no es un verdadero creyente. El apóstol  Pablo describe en Gálatas 5:22 como es el fruto que el Espíritu Santo produce en ti, y lo primero que dice es: “más el fruto del Espíritu es amor”, primero que todo lo demás es el amor.

La cuarta evidencia es que poco a poco que vas creciendo en Cristo, él te va transformando y llevando a la perfección. Tus hábitos pasados van a ser cambiados, los vicios que antes tenías ya no los tienes, los pecados que antes eran una costumbre, ahora los aborreces. La Palabra de Dios dice: “De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2Corintios 5:17). Esto es el Evangelio, un cambio de vida, un camino hacia la perfección. Si aún no tienes esa pasión por Dios, no tienes ganas de congregarte, sientes resentimiento con los demás y aún no has visto cambios en tu vida; Entonces pídele a Jesús que te dé una oportunidad de tener un encuentro personal con él, ábrele tu corazón y dile que quieres ser transformado y te aseguro que él lo hará; “He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta entrare a él y cenare con él y el conmigo” (Apocalipsis 3:20).