2 Pedro 1:7 “a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”.
El afecto fraternal son palabras que tienen que ver con el amor que los cristianos debemos profesarnos los unos a los otros. Es ese amor que surge de una vida espiritual común. A simple vista podría parecer que no tenemos nada en común con otros creyentes en la iglesia; pero el hecho es que tenemos el mismo Padre, somos hermanos y hermanas en la familia de Dios.
Tener afecto fraternal significa amar a los demás, tiene que ver con la amistad que va más allá que solo decirle a alguien de tu iglesia “hola ¿Cómo estás?”. La amistad que se habla aquí es mucho más profunda que eso; Tiene que ver con ser sensibles a las necesidades de las personas a mí alrededor. Se trata de salir de mi propio “yo” y entrar en las vidas de otras personas, cultivar relaciones. No ser un cristiano al estilo llanero solitario; es tener la disposición de sacrificarse por otros.
Romanos 12:9 dice: “el amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal”, decir ¿Cómo puedo ayudarte? En 1 Pedro 1:22 dice: “habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro”.
Muchos piensan que si hablan con alguien de la iglesia sobre sus luchas o problemas, piensan que toda la iglesia se enterara y que empezaran a hablar de eso y piensan que serán rechazados y entonces desarrollan este miedo a ser auténticos.
Todo esto se debe a que no hemos estado cultivando amistades en el cuerpo de Cristo, no hemos cultivado el amor fraternal, y nos necesitamos mutuamente. Podemos hacerle frente a los problemas importantes de nuestras vidas, a aquellas cosas que obstaculizan muestra semejanza a Cristo, necesitamos a otros creyentes que estén a nuestro alrededor y nos animen, y oren con nosotros.
¿Verdaderamente te interesas por el pueblo de Dios? ¿Les amas? ¿Disfrutas de su compañía? ¿Estas cultivando relaciones saludables y ricas con otros creyentes? ¿Eres amable y considerado con tus hermanos creyentes? Cuando sabes que son débiles, cuando sabes que tienen muchos puntos ciegos, ¿Te apresuras a atender sus necesidades siempre que sea posible? Hoy te invito a cultivar un ambiente de afecto fraternal y de amistad, en donde las personas pueden ser honestas y apoyarse en alguien más.