Iglesia Cristiana Hashem

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“En Integridad y Sabiduría”

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: “En camino a un avivamiento” Libro de Zacarías (Martes) y “La Iglesia impulsada por la Biblia” (Domingos)

Amor ágape

2 Pedro 1:7 “a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”.

Llegamos a la última de estas características el amor ágape, el amor de Dios. Ese amor centrado en otros, ese amor desinteresado, amor que sirve, amor que da y que siempre tiene en su corazón los mejores intereses de la otra persona.

Hoy mucho se habla del amor y queremos que todos se amen; pero el verdadero amor ágape, es el resultado del proceso diligente del que hemos estado hablando, es el resultado de añadir todas estas “gracias” a nuestra fe. No se puede obtener amor verdadero apartados de la fe, la virtud, el conocimiento, el dominio propio, la perseverancia, la piedad y el afecto fraternal (2 Pedro 1:5-7).

A medida que añadas estas cualidades a tu fe, encontraras que podrás crecer en amor; en el amor a Dios, y en el amar al Señor tu Dios con todo tu corazón. Ese es nuestro llamado, esa es nuestra misión, es el objetivo supremo de nuestras vidas; amarlo a él con todo nuestro corazón y amar a los demás con su amor. En Colosenses 3:12-14 el apóstol Pablo nos da una larga lista de virtudes con las cuales debemos vestirnos a nosotros mismos, estas son:” la misericordia, la benignidad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia, la tolerancia, el perdón, y luego dice: y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad”.

Si no estás llegando a ser más amoroso quiere decir que no estás en el camino correcto, que algo anda mal. Tu diligencia en la vida cristiana no es solo para que seas un buen cristiano, es para que puedas llegar a mostrar el amor de Cristo.

Hoy quiero que pienses por un momento y analices tu vida si, ¿se caracteriza por este tipo de amor? ¿Se evidencia tu amor a Dios en obediencia a sus mandamientos? ¿Amas a tu familia? ¿Amas a tu familia de la iglesia? ¿Amas a los que no tienen a Cristo?

Tal vez Dios quiera usarte como instrumento de gracia y de bendición en la vida de esas personas; pero no puedes ser ese instrumento en la vida del otro si tu ministerio no está fluyendo del amor. Así que, pongamos en obra lo que Pablo dice al final del versículo 14: “y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”.