Génesis 2:7 “Entonces Jehová Dios formo al hombre del polvo de la tierra, y soplo en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.
La vida humana es preciosa, y debe ser valorada y protegida porque es la creación especial de Dios. Cuando Dios creo los árboles, las plantas, los animales, peces y aves; el simplemente hablo y fueron creados (Génesis 1:20,24). Pero cuando Dios hizo la vida humana, él personalmente le dio forma e hizo la vida humana de una manera que fue diferente al resto de la creación (Génesis 2:7).
Dios formo al hombre, le dio forma, le respiro aliento de Él, y el hombre se transformó en un ser viviente. Y en el versículo 21 el continua diciendo: “Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomo una de sus costillas, y cerro la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomo del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”.
Este fue un acto de creación muy personal, involucrado y comprometido. A lo largo de la Biblia vemos este énfasis en un Dios creando a los seres vivos. Por ejemplo en Isaías 44:2 dice: “así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formo desde el vientre, el cual te ayudara”.
Hoy muchas personas ven la vida desde un punto de vida utilitario, en donde el valor de una persona se encuentra en que tan sano estés, o que tal útil puedas ser, y que tan bien puedes funcionar. Este era el punto de vista de los Nazis, cuando ellos consideraban a alguien menos útiles o que no eran de su “raza Aria”, los mandaban a campos de concentración o cámaras de gas.
Y hoy en nuestra sociedad vemos esto, cuando se consideran a aquellos que no pueden valerse por sí mismos, personas enfermas o que generan gastos excesivos a sus familias o para la sociedad, personas con discapacidades, malformaciones, enfermos de cáncer; escuchamos a personas decir que estas personas no tienen derecho a vivir. Pero Dios piensa de forma tan diferente.
Cuando Moisés fue llamado por Dios, él le dijo: “¡Ay Señor! Nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quien hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? (Éxodo 4:10-11)”. Dios tiene un propósito para cada ser humano que él ha creado, y algunos no son perfectos en como definiríamos perfección, algunos tienen lo que algunos consideran defectos o fallas, pero Dios ha dicho: “Yo los he hecho y son preciosos para mí”. Cuando pienses en el valor del ser humano, recuerda que la vida humana es preciosa para Dios y debe ser apreciada y protegida desde el momento de la concepción hasta la muerte. Dios es el autor soberano y el diseñador de la vida; es por eso que solo él tiene el derecho de dar o quitar la vida.