Ser sobrios
1 Pedro 1:13 “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”.
1 Pedro 1:13 “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”.
1 Pedro 1:13 “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”.
Marcos 10:13-14 “Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó y les dijo: Dejar a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”.
Responsabilidad de los padres Leer más »
1 Pedro 2:11 “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”.
Mateo 6:10 “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”
Haciendo su voluntad Leer más »
Eclesiastés 9:11 “Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos”.
La vida y la soberanía de Dios Leer más »
La soberbia es la actitud del corazón de creer que se puede vivir sin Dios, sin tomar en cuenta las leyes de Dios y vivir de acuerdo a nuestra propia voluntad.
Cegados por el pecado Leer más »
1 Corintios 6:19-20 “¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
Romanos 14:7-8 “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos”.
Mateo 7:26-27 “Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edifico su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”.