Cuando has estado orando por algo, pero no recibes respuesta ¿qué haces? ¿Esperas en el Señor? Dios nos dice que a los que esperamos en él nunca seremos decepcionados (Salmos 25:3).
Una de las mayores necesidades que tenemos es conocer a Dios, saber cómo es él, conocer su carácter. Y es que si realmente conociéramos a Dios, confiaríamos en él y sabríamos como reaccionar o responder en medio de las presiones o situaciones en las que nos encontramos. Pero, ¿Cómo podemos conocer a Dios?
Dios se ha revelado a nosotros a través de su Palabra, y a través de su nombre nos dice como es él. Quiero mencionar algunos de los nombres de Dios en las Escrituras:
Jehová Rapha, que significa el Dios que sana (Éxodo 15:26), Rey de reyes (Apocalipsis 17:14), Jehová Jireh que significa el Señor Proveerá (Génesis 22:13-14), El redentor, Yo soy, El creador, La roca, El Shaddai que significa Dios Todopoderoso (Génesis 17:1), Eterno, Emmanuel que significa Dios con nosotros (Mateo 1:23), El Salvador, el Libertador, El Señor quien nos santifica, Jehová Shalom, que traducido es paz (Números 6:26), Jehová Nissi, él es nuestra victoria, nuestra bandera (Éxodo 17:15), Torre fuerte (Proverbios 18:10)
Cuando estés abrumado, confundido, con temor, o en peligro, puedes correr a él, en el estarás seguro y protegido. Cualquiera que sea tu situación o circunstancia, necesitas un lugar seguro y ese lugar es el nombre del Señor. El Salmos 9:10 dice “en ti confiaran los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron”. El conocer el nombre de Dios, es sinónimo de ser capaz de confiar en él.
Todos hemos conocido personas que pensamos que son confiables, pero el hecho es que sin importar quien sea esa persona, jamás podrás confiar en ella totalmente. Habrá momentos en los que esa persona te defraude, o quizás no esté ahí para ti cuando más la necesites.
Pero conocer a Dios, es conocer a Alguien en el que puedes confiar absoluta y totalmente, en todas las circunstancias y situaciones de tu vida.
El conocer el nombre de Dios es conocerle a él, es conocer su corazón, sus caminos, su carácter. Si quieres confiar más en Dios, necesitas conocer más acerca de él; porque todos lo que llegues a conocer acerca de Dios te llevara a confiar aún más en él.
Ningún creyente al dar su testimonio puede decir que Dios le fallo, o que Dios se olvidó de él. Él nunca se olvida de aquellos que le buscan, de aquellos que esperan en él y de aquellos que confían en su nombre.