Iglesia Cristiana Hashem

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“En Integridad y Sabiduría”

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: “En camino a un avivamiento” Libro de Zacarías (Martes) y “La Iglesia impulsada por la Biblia” (Domingos)

La suficiencia de Cristo

Génesis 28:3 “Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos”

Dios se agrada cuando damos frutos, él quiere que lo seamos, y es él quien nos hace fructíferos. Nuestro propósito en esta vida es traerle gloria a Dios, y la manera en que lo hacemos es trayendo mucho fruto. En Juan 15:8 dice: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”.

Dios quiere producir en nosotros el fruto de su Espíritu, que es: amor, gozo, paz, bondad, benignidad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22-23). Por nosotros mismos nunca podríamos tener ese fruto, es Cristo y su suficiencia quien produce el fruto en nuestras vidas.

Para poder experimentar la suficiencia de Dios, primero necesitamos experimentar nuestra propia insuficiencia, debemos vaciarnos totalmente de nuestro “yo”, erradicar el orgullo y el egoísmo de nuestras vidas para que podamos ser llenos de él. Mientras más orgullo y autosuficiencia haya en nuestras vidas, menos fruto daremos para la gloria de Dios.

Cuando Dios se aparece a Abraham a la edad de noventa y nueve años para decirle: “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y se perfecto” (Génesis 17:1), Abraham se postro sobre su rostro porque el reconoció que estaba delante de Dios y Abraham había visto su propia insuficiencia para poder tener un hijo.

Necesitamos reconocer nuestra propia insuficiencia, somos incapaces de cumplir con lo que Dios quiere hacer a través de nosotros. Necesitamos dejar de enfocarnos en nosotros mismos. En lugar de buscar adentro y afuera, mira hacia arriba y confía en toda su suficiencia. No tomes los asuntos en tus propias manos.

Dios no va a venir a llenarnos si estamos llenos de nosotros mismos, con nuestros propios recursos. En ocasiones Dios nos disciplinara para vaciarnos y erradicar de nosotros el orgullo y el egoísmo para que podamos ser llenos de él.

Algunos de nosotros sustituimos nuestra insuficiencia con otros, buscamos a alguien más como lo hizo Abraham cuando busco a su siervo y a Agar para proveer una solución a su problema de falta de hijos. Mantén tu mirada siempre en Dios, él es toda nuestra suficiencia.

Confía en su suficiencia y mientras esperas acércate a él, permite que él se derrame en tu vida y llene cada una de tus necesidades. En 2 Corintios 12:8 Pablo habla acerca del aguijón que le fue dado en la carne y como él le había pedido al Señor que se lo quitara, pero él le dijo: “Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:8).

En el v10 Pablo dice: “por amor a Cristo me gozo en mis debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. No hay límite para la provisión de Dios, él nos ofrece una fuente inagotable de suficiencia, y tenemos esperanza para caminar delante de él. Puedes enfrentar las circunstancias de la vida con la fortaleza que Dios te da.